Vaya usted con cuidadín: señales

[Esta entrada va dedicada a un buen amigo mío, Joselo. El muy pájaro fue el que se dio cuenta de una cosita, un detalle sin importancia pero que es realmente gracioso. Algo tan chorra que me ha permitido escribir todo este textaco sin casi esfuerzo. ¡Gracias, mierda!]

Verán ustedes: cuando accedes a trabajar para la administración pública de cualquier rama y en cualquier puesto, te obligan a pasar un curso de prevención de riesgos laborales. En estos momentos yo estoy inmerso en la realización de dicho curso a través de de un plataforma on line. Gracias a dicho curso, he descubierto los diferentes tipos de señalizaciones que debe haber en el lugar de trabajo. A saber, las señales pueden ser:

– de uso obligatorio

– de advertencia de peligro

– de prohibición

– de extinción de incendios

– de evacuación

Hasta aquí, todo claro. ¿Pero qué pasa con las señales que no entran en ninguno de estos tipos? ¿Cómo las clasificamos? Ya saben lo que toca ahora, ¿no? Por si no lo han adivinado ya les digo que ahora viene un compendio de carteles de advertencia de esos que la gente cuelga en Internet porque son supuestamente graciosos y/o originales. Algunos son verdaderos y otros son más falsos que… (introduzca símil según gustos), otros son ingeniosos y otros son un aborto mental. En cualquier caso, todos ellos son necesarios para ilustrar algo al final del post. Esperen un poco que todo llegará. Por el momento, miren esto:

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Hay señales que son chocantes…

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… y otras que están de actualidad.

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Las hay que rozan la blasfemia…

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… mientras que otras hacen apología a una ideología.

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Podemos encontrar señales que acojonan…

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… y otras que agradeces ver.

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Hay señales hechas a mala leche…

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… y otras hechas de manera incompresible.

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No se preocupe por encontrar alguna señal indescifrable…

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… porque de repente puede aparecer una que le haga sonreír.

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Hay señales que se han repetido hasta la extenuación…

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… y otras que son totalmente exclusivas.

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Pero por encima de todas ellas, siempre estará esta señal. Es una señal auténtica, que pueden encontrar a la entrada de cualquier obra de España y pertenece al grupo “de uso obligatorio” que es el que marca cómo se ha de acceder al lugar de trabajo:

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¿No lo notan? ¿No ven nada raro? Fíjense en este detalle más de cerca:

Exactamente, amigos y amigas: en esta obra no se puede pasar a menos que te parezcas a Woody Allen. Classic!

Y bueno, eso vendría a ser todo. Espero que les haya gustado. Esperen, que me está entrando un mensaje… ¿Qué? ¿Como que no hacía falta poner todas las señales anteriores para la gilipollez de Woody Allen? ¡Pero si es para que se vea el contraste! ¡Para que se vea que una señal real puede ser más graciosa que cualquiera inventada! ¿No les convence? ¡Pues a hacer puñetas, hombre ya!

Pues hala, ahí les dejo. Permanezcan tuneados porque el jueves tendremos la nueva cabecera del blog (¡tres hurras por el paint!). Todo como siempre aquí, a la misma slowpokora en el mismo slowpokanal.